Justo en el momento de publicar este articulo estábamos en otoño y aunque el calor ya va quedando como un recuerdo del verano, el sol sigue estando presente y aunque nos parezca menos potente hay que tener precaución con él.
El sol del invierno es diferente al del verano por dos cosas: una parece no tener sentido si lo relacionamos con lo poco que calienta. Y es que la Tierra y el sol, en la temporada de frio, están mas cerca el uno del otro. Eso debería proporcionar más calor, pero no es así. El porque no aporta más calor es porque los rayos del sol han cambiando el ángulo de incidencia sobre la Tierra en el hemisferio norte.
Como se puede ver en la imagen, en invierno los rayos del sol son mas oblicuos y eso hace que tengan que calentar mas superficie con la misma cantidad de energía. Eso es muy interesante porque si nos fijamos bien, es la misma cantidad de energía. Por eso es importante protegerse los ojos incluso en los meses de frio, ya que el solo sigue enviando la misma cantidad de energía, pero a nosotros nos parece menos.
¿Cómo proteger los ojos en invierno?
Hemos hablado de sol y de su energía. Para protegernos debemos llevar gafas de sol, incluso cuando el día está nublado, ya que las nubes nos quitan luz y eso hace que la pupila se dilate para dejar pasar más luz, pero cuando pasa eso la pupila deja pasar los rayos UV que traspasan las nubes haciendo que recibamos casi más UV que si estuviéramos a pleno sol sin gafas de sol.
Es por esa razón que debemos llevar las gafas de sol.
Pero no solo debemos protegernos del sol, hay otros “enemigos” contra los que luchar.
Uno de los grandes problemas en invierno es el frío y viento que resecan mucho el entorno, factores que influyen del mismo modo en nuestros ojos y que generan el mismo efecto. Parpadear de manera regular puede ayudarnos a mitigar este problema, ya que aumentamos la producción de la lágrima, ayudando a su hidratación.
Evitar frotarse los ojos: Se trata de una tendencia bastante habitual en casi todas las personas y que puede tener efectos muy negativos para nuestros globos oculares. La sequedad del ambiente motivada por el clima puede provocar irritación y picor, pero el hecho de frotarnos los ojos solo empeorará la situación.
Limita el tiempo delante de smartphones, tablets y ordenador: Permanecer un tiempo excesivo delante de las pantallas puede originar graves problemas de irritación, por lo que debes limitar tu tiempo frente a ellas y/o hacer parones regulares cada 20 minutos.
Lágrimas artificiales: En el caso en el que nos encontremos fatigados y notemos picor, escozor o la presencia de algún cuerpo extraño es recomendable la utilización de lágrimas artificiales, siempre sin conservantes. Este método te ayudará a hidratar la zona en situaciones en las que la irritación es grande y el simple parpadeo no funciona.